lunes, 2 de febrero de 2009

Opinión

Tal como dijo hace poco una apreciada amiga, el mundo se mueve por amor, por diferentes tipos de amor.

¿Cómo explicar entonces el odio, la rabia, la tristeza? Pues bien, en realidad es la falta de amor lo que provoca todo eso. Es la falta de algo lo que induce a la gente a revolucionarse, hace que envidie, que desee, que odie. Es la tendencia de querer algo más. Sin querer mezclar en exceso temas sociales o económicos con un asunto puramente moral, en realidad la sociedad consumista en la que vivimos es la que provoca esas ansias. Estamos acostumbrados a recibir lo que pedimos, a tener lo que deseamos y a aspirar a algo más para después conseguirlo. Se incentiva la motivación, pero degenerada en deseo, escaso de auto-realización. Al final, acabamos provocando violencia, que a su vez, lo único que engendra es aún más violencia. Estamos llegando a un punto en el que la violencia no se ve ya contrarrestada por ningún argumento lógico, razón, diálogo o discusión, sino que ve ante sí un enorme e infinito espejo. Que la refleja a ella misma, pero al otro lado se encuentra todo aquello que ha dañado. No es ya una evolución aritmética, propulsada por el aumento de población, sino que es un problema que avanza de manera exponencial, siguiendo la estúpida regla de:

violencia = violencia al cuadrado

Sin ninguna lógica matemática, diréis. Pero es que el mundo no son ceros y unos, no es blanco o negro, sino que está dominado por ese gris incorpóreo que todos sentimos alguna vez.

El problema no es sólo la sociedad, no es sólo la masa; es la naturaleza humana. Es verdad que en una sociedad en la que no existieran todas esas oportunidades de violencia gratuita, en la que no hubiera lugar para todos esos instintos, o como queráis llamarlo, se arreglaría el problema. Sería, realmente, una sociedad perfecta. Pero quién puede conseguir la perfección, ¿no?

Ya se ha intentado. Las dictaduras son en realidad un intento de crear una sociedad completa, segura y unida, pero a través del miedo y la represión. A través de la violencia. Es el caso del ideal comunista, organizado en Rusia de manera nefasta, por el camino del cual se interpusieron esos asquerosos deseos de dominación y poder. Aún hoy son tangibles las consecuencias.


Desde mi humilde punto de vista, el problema base es la educación, no sólo la recibida en las escuelas, recordemos el reciente intento de materias escolares de tipo moralista (y digo 'intento' porque no se puede determinar aún si ha conseguido lo que se proponía). Es también la recibida por el entorno, incluyendo en él a los progenitores, los los amigos e incluso los conocidos. Como dijo alguien una vez, “Eres cada una de las personas que has conocido. Todos los lugares en los que has amanecido. Cada alto en el camino. Todos los caminos que has tomado. Tú eres lo que has visto...y lo que has vivido.”

La gente (me incluyo) debe aprender a leer, a escuchar, a sentir. Si no permitimos que la gente sienta, si no les damos los recursos suficientes para que aprendan a conocer y poder expresar lo que sienten, a conocerse a sí mismos, ¿cómo vamos a conseguir la iniciativa de amar?


Es por eso por lo que luchamos, por crear un nuevo mundo. Con el aroma de frescura que aún conservan las hojas caídas en otoño, pero con la perenne receta que desde hace tiempo venimos diseñando.

¿Imposible? Seguramente. ¿Improbable? Completamente cierto. Pero hay que intentarlo.

7 comentarios:

im-perfezione dijo...

Pero quién puede conseguir la perfección, ¿no?

La perfecció és tot i res, la mateixa imperfecció és perfecte, i la mateixa perfecció és imperfecte, perquè tot depèn de la perspectiva de cada u. No m'agraden les dictadures però tampoc m'agraden els lliberalismes, sempre és bo trobar l'equilibri. Espero que tu també el trobis, i passi el que passi, al costat de qui sigui, MAI DEIXIS DE SER TU.

Anónimo dijo...

la violencia ha existit sempre... Está dins nostre... Es inevitable, si vols acabar amb la violencia gratuita, has d'exterminar la rasa humana...
PLT

Der Steppenwolf dijo...

Què bèstia que ets...
Hi ha maneres de controlarse a sí mateix, als instints, només que molta gent no les coneix, i d'altres no troben el moment per posar-s'hi.

Anónimo dijo...

La violencia, como bien dices, únicamente genera más violencia.

Pensar que la raza humana nunca podrá acabar con la violencia gratuita (pensar que no podrá canalizar esa energía en Compasión u otras pasiones) es paradójico, porque no vamos con tapa-rabos.
Es decir, si la el gorila no hubiera cogido el palo y no se hubiera puesto de pie, en contra de toda naturaleza de animal-gorila, no hubiéramos llegado a humanos.
Por consecuencia, la evolución o el simple fluir a veces tiene que romper alguna caña de bambú o, en definitiva, hacer algo inesperado o poco común.

Está cambiando algo en la humanidad, algo que antes sólo estaba a disposición de las filosofías y religiones orientales. Poco a poco vamos viendo del control que podemos hacer de nosotros mismos, de la estabilidad que podemos alcanzar sin depender de otros factores que de nuestra voluntad.
Gracias a gente como Oscar esto se va expandiendo.
Así que: gracias Oscar.

Anónimo dijo...

fe de erratas: "vamos viendo EL control"

Anónimo dijo...

ponéis demasiada confianza en el ser humano y os olvidais de que somos los unicos q generamos violencia sin ningun objetivo basico como es la supervivencia, os olvidais de que por muy racionales que seamos, seguimos siendo animales y los que emos llevado a cabo más atrocidades en toda la historia
PLT

Anónimo dijo...

m'agrada el que has escrit i com penses.

La violència surgeix d'un mateix, però la gent, en comptes de voler entendre l'origen, es pensa que el que s'ha de fer es controlar-se en moments concrets i oblidar-la. Això es com tenir un problema a casa i anar al futbol: quan tornes el problema encara hi és. El que s'ha de fer es entdedre la violència i d'on be. Un cop s'ha fet això es veu que no te substància ni arguments.