lunes, 29 de diciembre de 2008

No corras...


Corre, huye.
Respira.
No sabes qué te persigue, no sabes de qué tienes miedo. Precisamente lo que te hace sentir así es no saberlo. Huyes de algo que no conoces, huyes a través de algo que tampoco conoces, tu cuerpo. No te conoces a ti mismo. ¡Pero corre, maldita sea! Sabes que te está atrapando, sabes que no puedes más. Él o ella tiene más resistencia, más velocidad y fortaleza mental que tú. Él o ella no se cuestiona cada paso que da, simplemente corre, sabiendo que va detrás tuyo, que algún día te alcanzará. Y como no corras más rápido será en este mismo instante. Pero no puedes, sabes que no puedes, sabes que todo lo que estás haciendo no sirve de nada, sabes que deberías probar otra forma de encarar todo esto. Pero aún así corres, y corres, y huyes. Sientes tu corazón latir al son de tus pasos, tus músculos formando un acorde disonante, que rompe la melodía de tu huida...NO, NO, NO! No puedo, no puedo, no puedo...En cambio quieres, deseas con todas tus fuerzas que esta pesadilla acabe.
O igual no...¿realmente deseas huir? ¡Claro que sí! Dios mío, me está atrapando, no puedo hacer nada más...
Sigues corriendo, sin atreverte a mirar atrás. No te atreves a contemplar su rostro, y al mismo, te horrorizaría contemplar el tuyo propio en este momento. Intentas imaginar qué es, qué puede correr más rápido que tú, algo que te atrapará aunque no dejes de correr en toda tu vida. Por fin te das cuenta de que no consigues nada corriendo. ¿No vas a huir toda tu vida, verdad?
De pronto te giras. Es Ella.

Es tu conciencia.

           

sábado, 27 de diciembre de 2008

BCN

In the depth of Barcelona grow uniques kinds of persons: their essence is blended with delicate aromas and with pure Happiness and Serenity. They give you a fine balance of cool irrationality, mixed with the rational thinking which we all need sometimes. Sugar free!!

That's Barcelona. MY city, I can not deny her. She is my mother. She is my lover.



Sigueu feliços-.


martes, 9 de diciembre de 2008

El centro...no existe

Giró su sillón a la derecha, y dirigió su mirada a través de la ventana. La ciudad trasnochaba a sus pies. Todo aquello era suyo… o lo sería algún día. Todo lo que Él había creado, todo lo que había ayudado a construir, todos aquellos proyectos que sin su intervención no hubieran sido llevados a cabo.
Miles de luces proyectadas a través de las ventanas rechazaban la luz que la luna les brindaba, parecían pedir a gritos independencia, libertad. Pero al mismo tiempo, rebosaban un egocentrismo que a Él personalmente le ponía los pelos de punta, le costaba reconocer ese mismo comportamiento en sí mismo. No le agradecían nada, vivían como si todo aquello debía serles dado sin pedir nada a cambio. Nada respetaban ya aquellos individuos, paseándose a sus anchas por los dominios y territorios que Él poseía, sin tener en cuenta que después de ellos vendrían otros, y después otros, y otros, y que el mundo no iba a adaptarse a su cruel forma de vida. Egoístas.

Vio niños que no llegaban a ver el cielo. Vio edificios, edificios y más edificios. Rascacielos, mastodontes devorando la naturaleza, los prados, los montes. Charcos de asfalto, pisados por gente que no sabía dónde pisaba, ni de dónde venía, ni adónde iba. Pero eso a Él no le importaba, Él vivía tranquilo y sin preocupaciones, en su palacio, simplemente observando. Tiempo atrás aprendió que nada podía hacer para evitar el desastre. 
Pese a todo, se volvió a plantear esa idea. En realidad, Él lo había creado, tenía derecho a decidir, a imponer. Las leyes no actuaban sobre Él. Conocía las leyes, pero éstas no lo conocían a Él.

Desde su amplia butaca, admiró la ciudad, se admiró a sí mismo, y una amplia sonrisa de satisfacción se dibujó en su cara. Una sonrisa socarrona, rozando la prepotencia. Había llegado a creer que era Dios.

Tres días después, tuvo un infarto de orgullo y murió de egocentrismo.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Casualidad - Racionalista

La causalidad es un recurso muy utilizado por aquellas personas que son incapaces que encontrar un explicación coherente a situaciones que aparentemente carecen de ella. Cuanto más aprendemos encontramos menos "casualidades", ¿casualidad?.

Ciertamente todo tiene una explicación, aunque la desconozcamos. Sin embargo, el ser humano no soporta la incertidumbre, le causa estrés y graves problemas de salud, así pues atribuye a la suerte a Dios o a la casualidad todo aquello que no puede explicar.

No hay hechos casuales. Todo viene de algo y se dirige hacia alguna parte. La ciencia, inteligentemente, busca el "por qué" de los fenómenos que nos rodean. Hay explicaciones para el día y la noche, para las distintas estaciones del año, para el milagro de la germinación de una semilla, para la gestación de la vida física, para el rumbo de los ríos hacia el mar, para las nubes que se agrupan y luego se disuelven en gotas de lluvia...

Pero cuando se topa con el misterio, cuando faltan las explicaciones, y cuando es pobre nuestra comprensión, se prefiere la muletilla de la casualidad inestable, antes que conceder la presencia latente de una ley causal que aún debemos desentrañar.

Cada uno de nuestros actos tiene una razón. Cada gesto, cada sonrisa, cada lágrima, cada impulso de valor, cada sensación de fuerza interior, cada sentimiento de compasión y amor, vienen de semillas de sus mismas naturalezas. Y cada uno de nuestros actos, también genera un efecto que será igualmente de la misma naturaleza, en lógica concordia. El Amor viene del Amor y genera Amor; el odio viene del odio y genera odio.

Sin casualidades, y con causalidades, somos responsables de nuestros propios destinos.

La casualidad no es, ni puede ser más que una causa ignorada de un efecto desconocido.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor francés.

La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos hubiere ocurrido pedir.
Alphonse de Lamartine (1790-1869) Historiador, político y poeta francés.

No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de las fuentes más profundas.
Johann Christoph Friedrich von Schiller (1759-1805) Poeta y dramaturgo alemán



A todos nos gustan las coincidencias. Nos atraen su simetría y orden secuencial. Cuanto más inconcebibles, trascendentes y asombrosas sean, más disfrutamos con ellas. Sugieren una forma de control, una suerte de mano de Dios que interviene para dar sentido al caos que reina a veces en nuestras complicadas vidas.

Qué pequeño es el mundo

En junio de 2001, una niña de diez años llamada Laura Buxton escribió su nombre y dirección en un trozo de papel, pegó el papel en un globo de helio y lo soltó desde su jardín. El globo recorrió casi 225 kilómetros hasta que aterrizó en el jardín de otra pequeña de diez años, ¡qué también se llamaba Laura Buxton!.

La segunda Laura se puso en seguida en contacto con la primera y han descubierto que no sólo comparten el mismo nombre y edad, sino que las dos tienen el pelo claro, un perro labrador, un conejito y un conejillo de Indias.

Es sólo una de la infinidad de coincidencias documentadas que sirven para ilustrar lo pequeño que puede ser nuestro planeta: "un pañuelo" como dicen, pero "un pañuelo" donde alguien o algo parece conectarse con varios universos paralelos, cuyo entramado y mecanismo ignoramos, de modo que sucedan las cosas más extrañas.

sábado, 6 de diciembre de 2008

There's you and yourself, that's it, there's no more about it.

Just you and yourself.

And life ends...

lunes, 1 de diciembre de 2008

Fuera!

Odio que la gente extremice los argumentos. Y sobre todo los míos. Aquéllos que manipulan las ideas expuestas simplemente para poder contradecirlas, para poder tener razón. En realidad, me aferro tanto a mis propias ideas, que no dejo sitio para las que han de venir. Sí, supongo que es eso. Pero pese a todo, no puedo dejar de pensar en lo que constituye, para mí, un terrible acto de desconsideración, de egoísmo. El peor de todos. El hecho de intentar solamente sentirse bien, mediante la manipulación, a costa del malestar de otros. Interrumpir. No prestar atención. Despreciar, presuponer que cualquier otra persona que exprese una idea contraria a la propia está equivocada. Eso es un tremendo e irremediable orgullo. Y es lo que supongo que le debe pasar a la gente. A medida que va aprendiendo de la vida, aprendiendo a expresarse; a medida que el conjunto de conocimientos que almacena en la experiencia se va volviendo cada vez más extenso...pierde la noción de la humildad. Sí, es verdad, la tiene presente en su cabeza, pero es tan inconsistente...Sé que el hecho de estar criticando, de considerar algo como 'malo' es en parte una demostración de que todos caemos en esto, yo incluido. Pero necesitaba expresarlo, exteriorizar lo que sentía.

Ya me he levantado. Y no pienso volver a caer más.