Preocupaciones

"¿Cómo conseguir que alguien cambie la forma de verte? ¿Cómo eliminar prejuicios, cómo mostrar definitivamente la personalidad e intenciones reales, de manera que no haya más confusión, ni desprecios, ni dudas?"
Era una de las muchas veces que se planteaba aquello, una de las muchas preocupaciones que tenía en aquél momento. Y aunque conseguir lo que se proponía fuera una tarea realmente difícil, estaba seguro de que poniendo todo su esfuerzo y todas sus ganas podría hacer algo al respecto.
Una paloma se le acercó. Al contrario que mucha otra gente, a él no le molestaban esos pequeños y dóciles animales. Había visto mil veces gente por la calle que se apartaba si veía dos o tres palomas volando en su dirección. Seguramente pensaban que chocarían, o que iban a por ellos. (Miedo). No en el pleno sentido de la palabra, pero había algo dentro de ellos que les decía que se apartasen, que les convencía de que eran peligrosos. (Prejuicios).
Vio la pequeña cabeza del animal reclinarse, acercando su afilado pico al suelo, en busca de algún pequeño rastro de comida. No hubo suerte. Pese a ello, siguió caminando, como si no le importase. Admiraba esa capacidad de no dar importancia a los errores i desdichas, aquél animal no tenía ninguna necesidad egocéntrica, como la tendría cualquier humano. Auto satisfacción o culpa, pérdida o triunfo, reputación o vergüenza. Nada de eso le importaba. Sólo se preocupaba de sus necesidades vitales, de seguir viviendo, crecer y reproducirse.

Se dio cuenta de que la sociedad en la que estaba inmerso no permitía a nadie alcanzar ese estado, todo giraba entorno a obligaciones y preocupaciones. Vio por fin, claramente, que ningún ser humano podía conseguir llegar a un estado de felicidad. Podía tener una sensación parecida, pero sin duda sería efímera, volátil.
Porque en realidad, la felicidad consiste en no tener nada por lo que preocuparse.