lunes, 15 de febrero de 2010

No hay tiempo, no hay ganas, no hay energía, no la hay nunca, al menos en los momentos en que es necesaria, y no cuando uno se deja llevar por las corrientes eufóricas de la multitud, rodeado de litronas de cerveza o vasos de plástico apestando a ginebra barata.

No hay ni siquiera whisky, ni Coltrane, ni una pipa mal encendida sobre una silla de madera.

No, espera, tiempo sí hay, pero de qué sirve éste sin ganas, sin energía, sin whisky ni ¡¡¡NADA!!!

Sólo sabrás cuál es el camino correcto cuando, habiéndote adentrado en ti mismo, ya al máximo, hasta la máxima potencia, hasta que hayas llegado a comprender ¡realmente! que existes, hasta que te mires a ti mismo y sólo veas una inmensa nada, y seas capaz de quedártela mirando sin temer su presencia; cuando hayas recorrido tus infinitos mundos, entonces sabrás qué hacer. Hasta entonces, no seas pretencioso, y olvida esa certidumbre de haber encontrado una mínima verdad. Y, no sé...
cómprate un Glenfiddich.

1 comentario:

ge dijo...

miau miau miau. i tu ets molt bonic!! :)

(he tingut q buscar Glenfiddich a google)