viernes, 18 de septiembre de 2009

Incesante motor de pensamientos

Aún noto el sabor de miel en los labios;
las punzantes voces de ultratumba,
que con voz ronca, corroida por el ruido
del incesante motor de pensamientos, gritan:
"¡Cobarde!",
y siguen acechándome
en la oscuridad de la noche.
Y yo, con la puerta cerrada,
la almohada bajo el cuello,
me refugio en la calidez de la manta.

Fuera, los fulgurantes luceros nocturnos
parecen reírse ante la situación.
"Mirad" deben decir,
"es un hombre asustado de sí mismo".

Y cuando no consigo conciliar el sueño
cierro los ojos y pienso
en una nueva salida del Sol.
Pero el mañana parece un ayer ya vivido
cuando nada cambia, todo gira;
la lluvia no es lluvia, el Sol no calienta,
y tú eres menos Tú que nunca.

Y es que las voces siguen punzantes en mis oídos,
la noche sigue riendo a mi costa,
y yo, perdido en un mar infinito,
sin mapa ni dirección ni energía,
dejo que el agua penetre mi piel fría,
y me disuelvo en la común indiferencia.

3 comentarios:

Gemma. dijo...

Bonissim. Nose, te encontré por casualidad. Supongo que buzeando entre blogs y en mi usual busqueda de textos buenos. Tienes algun tipo de mail? Gemma.

im-perfezione dijo...

després de llegir això em passaré més sovint..

Anónimo dijo...

senzillament brillant, com (quasi) tots els teus textos...

Ho sento per no firmar, prefereixo mantenir-me en l'anonimat.