La cuestión es que la vida no es algo material, que podamos tocar. Pero bueno, no partamos de ahí, partamos de la (personalmente considerada errónea) suposición de que la vida es sólo aquello que podemos tocar, ver, oír; en conclusión, sentir. Si reducimos la vida a esto, estamos también reduciendo considerablemente el sentido de 'sentir', porque ¿qué es la espiritualidad sino algo inmaterial, incluso inefable, pero aún así sensible? Y para aquellos que estén ciegos ante la espiritualidad, o dicho de manera más diplomática, no crean en ello, ¿qué es el amor sino lo anteriormente descrito? ¿Y quién dice que la espiritualidad no sea un tipo de amor, es decir, 'A love supreme'?
Por lo tanto, existen fenómenos no materiales, pero que sin embargo podemos sentir. Y no por ello son irreales o inexistentes; personalmente, rechazo esa opción. ¿Por qué? Porque lo he experimentado. Y no hay nada más real que lo que experimentamos, sea en la mal llamada realidad exterior o en la propia dinámica interna de la existencia. En ese mismo sentido, existen dos caminos para llegar a comprender: la racionalidad del análisis de los factores externos y la subjetividad de la introspección. Y como la objetividad no existe, qué mejor manera de entender el mundo que entendiéndose a uno mismo. Porque el mundo no es igual para nadie, cada uno tiene su propia percepción. Por lo tanto, para entender nuestra percepción del mundo, deberemos entender nuestro interior. ¿Cómo llegamos a creernos capaces de entender el Universo sin haber conseguido entender siquiera qué es el Hombre? Eso es prepotencia. Porque lo único que hacemos (que hace la ciencia) es intentar racionalizar un mundo irracional, es decir, crearse un mundo paralelo, regido por leyes que no sabemos ni si son ciertas. Y eso sí que es irreal.
Ergo antes de la iluminación, debemos alcanzar el conocimiento, y para ello, la racionalidad a secas no sirve.
Os preguntaréis qué sentido tiene todo esto. Pues bien, que soy humano, humanista y humanístico. Y creo que quedan claras las consecuencias.